El 1ro. de diciembre de 2022, desde la ciudad de Matanzas, Gonzalo Bueno Gutiérrez contó aquí que el 20 de octubre de ese año irrumpió un alto voltaje en su casa que dañó su televisor, una computadora, un microondas, dos ventiladores y cuatro protectores de electricidad. Y aún no tenía una respuesta de la Empresa Eléctrica.
Decía que al otro día del suceso llamó a la Empresa Eléctrica, y se personaron seis días después, previa insistencia de Gonzalo. Subieron al poste y comprobaron que el cable estaba averiado; y el que hace tierra, suelto.
El mismo día ya él había entregado la relación de los equipos dañados en la oficina de Daños a la Propiedad, y le indicaron que debían visitarlo para comprobar los daños. Y los problemas con el voltaje continuaron. En la segunda ocasión le dañaron otro televisor y un ventilador.
El 2 de noviembre Gonzalo llamó de nuevo a la Empresa, y se presentó un funcionario. Midieron y comprobaron que había alto voltaje. Subieron al poste y confirmaron que el cable estaba en mal estado. Sustituyeron cables de la acometida.
El 26 de octubre ya él había entregado la información en la Oficina de Atención a la Población, y hasta el 26 de noviembre, cuando me escribió, nadie se había personado ni siquiera para darle explicación. Y los equipos más necesarios tuvo que repararlos con técnicos particulares, a un costo de 8 000 pesos.
«Esa oficina debía llamarse Mala Atención a la Población, por falta de ética, preocupación e irresponsabilidad. Si no poseen medios y recursos, al menos deben dar explicaciones a los afectados», concluía.
El 26 de diciembre de 2022 respondió aquí Melissa Delgado Díaz, especialista principal del Centro Integral de Atención al Cliente de la Empresa Eléctrica de Matanzas, que se creó una comisión de esa entidad, la que confirmó mediante el Sistema Integral de Gestión de Redes (Sigere) que Gonzalo fue afectado por daños a la propiedad en octubre de 2022.
Al ser atendido por el carro de guardia, dijo Melissa, se detectó falso contacto en el neutro de la acometida, el que se reparó el mismo día. Y el evento se registró en el Dictamen Técnico de la Comisión.
Después de hecha la investigación, añadía, se concluyó que «el daño a la propiedad procede, debido a que fue ocasionado por una causa técnica imputable a nuestra Empresa, dándose continuidad al expediente según lo establecido en la Resolución 400/2021 de la Unión Eléctrica». Y agregaba que fue realizado el convenio de pago para la indemnización de los bienes dañados en MLC por un monto correspondiente a 202.60 USD; constando su firma en el modelo UC-CM 0145: Notificación de Forma de Pago al reclamante para indemnizar bienes dañados desde la UNE.
Entonces, agradecí la respuesta y el feliz desenlace. Y solo lamenté la falta de una disculpa de la Empresa para con Gonzalo, quien no tuvo explicaciones durante todo el período de espera y emplazó con sus palabras a la entidad.
«La integralidad de la respuesta que se ofrece ahora, dije, la necesitó el cliente desde un principio. Y el desenlace positivo de esta historia luego de publicada aquí, demuestra cuán efectiva y afectiva puede llegar a ser la comunicación responsable y transparente. De tener una información sistemática hasta el final, quizá Gonzalo no habría tenido que escribir a Acuse de Recibo».
Y vuelve ahora Gonzalo para informar que, a casi dos meses del convenio, ha ido varias veces al departamento de Atención al Cliente o ha llamado. Y la respuesta es la misma: «No han sido firmadas las actas para enviarlas al organismo superior, que es quien autoriza el pago».
Concluye el cliente: «¿Acaso recibiré el dinero que me corresponde para las calendas griegas? Los trámites burocráticos de esta entidad ya no tienen límites. Me considero engañado y maltratado. Algunos de mis equipos dañados no tienen solución y tengo que comprarlos. Incluso, con 202.60 USD no se pagan, por lo que aún tengo que poner una parte de mi bolsillo y los USD no llegan».